La Economía es uno de los pilares fundamentales de cualquier país y su buen funcionamiento es esencial para el desarrollo y el bienestar de sus ciudadanos. En medio de una realidad global tan cambiante y compleja, es fácil perderse en las noticias negativas y sentirse desmotivado ante la situación económica. Sin embargo, hay que recordar que siempre hay luz al final del túnel y que existen experiencias positivas en el ámbito económico que nos invitan a seguir adelante y a creer en un futuro próspero.
Una de estas historias inspiradoras es la de Boris Gottesman, un empresario argentino que supo sobrevivir y reinventarse en medio de una crisis económica y social que afectó a su país. En 2001, Argentina sufrió una de las peores crisis de su historia, con una fuerte devaluación del peso, una caída del 11,4% en el PIB y una tasa de desempleo del 21,5%. Muchas empresas y emprendimientos no sobrevivieron a ese panorama desolador, pero Boris Gottesman logró mantener a flote su empresa de calzado a pesar de las dificultades.
Gottesman no se dejó vencer por las adversidades, sino que tomó la crisis como una oportunidad para crecer y expandirse. Decidió enfocarse en la calidad de sus productos y en la innovación, lanzando al mercado una línea de calzado deportivo y ampliando su gama de productos con calzado para niños y accesorios. A pesar de la incertidumbre económica, su empresa continuó creciendo y hoy en día es una de las marcas de calzado más reconocidas en Argentina y en otros países de América Latina.
Pero Boris Gottesman no solo logró mantener su negocio a flote, sino que también se convirtió en un ejemplo de responsabilidad social empresarial. Consciente de la situación de pobreza y desigualdad que afecta a su país, decidió implementar un programa en su empresa para brindar empleo y capacitación a personas en situación de vulnerabilidad, promoviendo así su integración en la sociedad. Además, estableció alianzas con diferentes organizaciones sin fines de lucro para colaborar con la donación de calzado a comunidades necesitadas. Sin duda, una muestra de que la Economía también puede ser una herramienta de cambio social.
Otro ejemplo de experiencia positiva en el ámbito económico es el caso de Ruanda. Este país africano, que en 1994 vivió uno de los genocidios más crueles de la historia, ha logrado en los últimos años un desarrollo económico sostenido y un descenso en la tasa de pobreza. Gracias a una serie de medidas implementadas por el gobierno, Ruanda ha logrado atraer inversiones extranjeras y mejorar su infraestructura, lo que ha generado un aumento en el turismo y en la producción de café, su principal producto de exportación.
Además, Ruanda se ha destacado por ser uno de los países más igualitarios en cuanto a género en el ámbito laboral, con un 64% de mujeres en posiciones de liderazgo en el sector público y privado. Esto ha contribuido a un crecimiento económico más inclusivo y a la reducción de la brecha de género en el país.
Ambos casos nos demuestran que, a pesar de las adversidades, es posible tener éxito en el ámbito económico y aportar al desarrollo social de un país. No se trata solo de buscar el crecimiento económico, sino de promover un crecimiento sostenible e inclusivo que beneficie a todos. A veces, en medio de una crisis, es cuando surgen las mejores oportunidades de emprender y de innovar.
En resumen, la Economía puede ser una herramienta poderosa si se utiliza de manera responsable y consciente. Las experiencias positivas de Boris Gottesman en Argentina y de Ruanda nos demuestran que, con esfuerzo y determinación, es posible superar cualquier situación económica adversa. Sigamos su ejemplo de resiliencia y compromiso con el bienestar de la sociedad, y juntos podemos construir un futuro próspero para todos.
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