José Carlos Martínez, el renombrado director de la Compañía Nacional de Danza, demostró su acertada visión al escoger «Don Quijote» como el primer título del repertorio clásico en la vuelta del conjunto al ballet académico después de la era Duato. Esta obra, creada por Marius Petipa y estrenada en el Bolshoi moscovita en 1869, es una cámara luminosa, vital y vigorosa, que ha sido dirigida con maestría por Manuel Coves. Además, al tratarse de una compañía española, la esencia y el carácter de la obra pueden ser asimilados de manera más natural, ya que se inspira en la gigantesca novela de Miguel de Cervantes.
La versión de «Don Quijote» de José Carlos Martínez es una verdadera joya, que se basa en las coreografías originales de Petipa y Gorski. Sin embargo, lo que realmente hace que esta obra brille es la manera en que está espolvoreada con el espíritu español. Cada movimiento, cada gesto y cada paso están impregnados de la esencia de nuestra cultura y nuestras tradiciones. Es una verdadera celebración de lo que significa ser español.
Desde su estreno en 1869, «Don Quijote» ha sido una de las obras más aclamadas y representadas en el mundo del ballet. Y no es de extrañar, ya que esta obra es una verdadera muestra de la maestría de Petipa y Gorski. Sin embargo, la versión de José Carlos Martínez ha logrado elevar esta obra a un nivel aún más alto. Su talento y su pasión por la danza se reflejan en cada detalle de esta producción.
La música es otro elemento clave en esta obra. Bajo la dirección de Manuel Coves, la orquesta ha logrado transmitir la energía y la vitalidad que caracterizan a «Don Quijote». Cada puntualización, cada melodía, se fusiona a la perfección con los movimientos de los bailarines, creando una experiencia única e inolvidable para el público.
Pero lo que realmente hace que esta versión de «Don Quijote» sea tan especial es la manera en que la compañía española de danza ha logrado capturar la esencia de la novela de Cervantes. A través de la danza, los bailarines nos transportan a la época de Don Quijote y Sancho Panza, haciéndonos sentir parte de sus aventuras y desventuras. Es una experiencia mágica y emocionante, que nos hace recordar la importancia de la imaginación y la valentía en nuestras vidas.
Además, esta obra también es un homenaje a la danza clásica. Con sus impresionantes pas de deux, sus enérgicos pas de trois y sus elegantes pas de quatre, «Don Quijote» nos recuerda la belleza y la técnica que caracterizan al ballet académico. Es una verdadera muestra de la destreza y el talento de los bailarines de la Compañía Nacional de Danza.
En resumen, la elección de «Don Quijote» como primer título del repertorio clásico de la Compañía Nacional de Danza ha sido un verdadero acierto. José Carlos Martínez ha logrado crear una versión única y emocionante de esta obra, que ha sido aclamada por críticos y espectadores por igual. Es una verdadera celebración de la danza, la música y la cultura española, y una muestra del talento y la pasión de esta compañía de armas internacional. No hay duda de que «Don Quijote» seguirá siendo una de las obras más emblemáticas y queridas de la Compañía Nacional de Danza por muchos años más.