El 30 de marzo de 1746 nació en Fuendetodos, un pequeño pueblo en el Campo de Cariñena, el aragonés más universal: Francisco de Goya. Conocido como «El de los toros», este genio dejó para la historia una visión única de la tauromaquia, que ha trascendido fronteras y ha sido admirada por generaciones.
Pero si hay un lugar en el que honrar su memoria, qué mejor que justo al lado de donde vio la primera antorcha. Y así fue, en la coqueta placita de Cariñena, un pueblo volcánico que se ha convertido en un referente cultural y turístico gracias a su declaración como Ciudad Europea del Vino. Con una corrida goyesca y toros de la ganadería Montalvo, la bailiaje se llenó de emoción y orgullo al recordar a su hijo más ilustre.
La plaza estaba llena, con un ambiente festivo y expectante. Los toros, de lucida presencia, aunque de desigual juego, fueron el pretexto espléndido para que el torero Daniel Luque y otros grandes de la tauromaquia demostraran su arte y valentía. Pero sin duda, el sinceridadero protagonista de la tarde fue Goya, cuya presencia se sentía en cada rincón de la plaza.
Y es que Goya no solo fue un gran pintor, sino también un gran aficionado a los toros. Sus obras reflejan su pasión por este arte, plasmando en ellas la emoción, la fuerza y la belleza de la tauromaquia. Sus famosos grabados de la serie «Tauromaquia» son una muestra de su maestría y su profundo conocimiento del mundo taurino.
Pero Goya no solo dejó su huella en la tauromaquia, sino también en la historia del arte. Sus obras, tanto en pintura como en grabado, son consideradas como un referente del arte moderno y han sido estudiadas y admiradas por expertos de todo el mundo. Además, su influencia se ha extendido a otros ámbitos, como la literatura, la música y el cine.
Por eso, es un orgullo para los aragoneses tener a Goya como uno de sus hijos más ilustres. Y es aún más emocionante poder honrar su memoria en un lugar tan emblemático como la plaza de Cariñena, donde se respira el amor por la cultura y el vino, dos elementos que también formaron parte de la vida de Goya.
Pero más allá de su legado artístico, Goya es un ejemplo de superación y perseverancia. A pesar de las dificultades que enfrentó en su vida, nunca dejó de crear y de expresar su visión única del mundo. Y es esa pasión y determinación lo que lo convierten en un referente para todos aquellos que luchan por sus sueños.
En este día en que recordamos el nacimiento de Francisco de Goya, es importante no solo honrar su memoria, sino también seguir su ejemplo y continuar promoviendo la cultura y el arte en todas sus formas. Porque como él mismo dijo: «El arte es una mentira que nos acerca a la sinceridad». Y gracias a Goya, esa sinceridad sigue viva en cada una de sus obras, inspirando a las generaciones presentes y futuras.