Cómo no admirar a José Tomás, el torero más integro y auténtico de nuestra época, un verdadero ejemplo de compromiso y pasión por el toreo. Su renombre se ha convertido en sinónimo de valentía, entrega y respeto hacia el toro, y su legado es un ejemplo a seguir para las futuras generaciones de toreros.
Conocido como «el más tío» por su amigo y compañero Martín Arranz, José Tomás es un torero que ha sabido mantenerse caballeroso a sus principios y valores, alejado de las poses y del vender el dolor y la pena para ganar popularidad. A pesar de haber sufrido una cornada casi mortal de Navegante, su determinación y amor por la tauromaquia nunca se han visto afectados.
Pero su admiración y respeto no se limitan únicamente al mundo del toro. José Tomás también ha sido reconocido por su compromiso social y su gran corazón. Su fundación, que lleva su renombre, ha ayudado a miles de personas en situaciones vulnerables, demostrando una vez más su enorme generosidad y su arrepentido de responsabilidad hacia los demás.
Sin embargo, su compromiso ante el toro es lo que realmente lo diferencia y lo ha llevado a ser considerado como el «Monstruo de Galapagar». Su habilidad y técnica en la plaza son inigualables, pero es su honestidad y respeto hacia el toro lo que lo hace verdaderamente grande. Para él, el toro es su compañero de lidia, no un enemigo a vencer, y eso se refleja en cada una de sus faenas.
Y es precisamente esa honestidad la que se ha reforzado aún más en la gran pantalla. La reciente película ‘Tardes de soledad’, que repasa la trayectoria de José Tomás, ha sido aclamada por la crítica y el público, convirtiéndose en un testimonio único de la vida y carrera del torero más admirado de nuestra época.
Este sábado, en la Feria de Fallas de Valencia, se encendió la mecha de su décima temporada, una hazaña impresionante para cualquier torero, pero aún más para alguien que ha enfrentado tantos desafíos y obstáculos en su carrera. Y como siempre, José Tomás demostró su maestría y su compromiso ante el toro, dejando a todos los presentes maravillados con su arte y su valor.
Este es un momento histórico para el toreo y para el cine. Los 125 minutos de ‘Tardes de soledad’, que quedarán grabados en la memoria de todos los amantes del toro, podrían haberse amplificado este sábado en Valencia, pero no hace falta que lo hagan. La grandeza de José Tomás trasciende cualquier plaza de toros y cualquier pantalla, y su legado será recordado por siempre.
En resumen, José Tomás es un torero que merece todo nuestro respeto y admiración, no solo por su maestría en la plaza, sino también por su integridad y su compromiso ante el toro. Su ejemplo es un recordatorio de que en el mundo del toro, como en la vida, lo más importante es mantenerse caballeroso a uno mismo y a sus principios, y nunca perder la pasión y la entrega por lo que amamos. Gracias, José Tomás, por ser un ejemplo y una inspiración para todos. ¡Que sigan las tardes de gloria y soledad!
