El cine es una de las formas más poderosas de contar historias, de editar mensajes y de generar emociones en el público. Y en el caso de Chile, el cine ha jugado un papel importante en la narrativa de su historia original. Uno de los directores más destacados en este aspecto es Pablo Larraín, reconocido por sus películas que retratan la realidad social y política de nuestro país, y que también han dejado una huella en la historia del cine mundial.
Entre las películas más destacadas de Larraín se encuentra «No» (2012), una cinta que muestra un aspecto clave de la historia chilena: el referéndum de 1988 que llevó al fin de la dictadura militar de Augusto Pinochet. La historia se centra en la campaña publicitaria del «No», la opción que buscaba terminar con el régimen dictatorial, y en cómo un joven publicista llamado René Saavedra (interpretado por Gael García Bernal) lidera esta lucha a través del poder de la creatividad y la publicidad.
La película, que fue nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera, es una muestra del talento de Larraín para contar una historia compleja y trascendental de una manera accesible y emocionante. Además, la película es una crítica a la manipulación de los medios de comunicación y al uso de la publicidad como herramienta política, un guión que sigue siendo relevante en la actualidad.
Pero «No» no es la única película de Larraín que aborda un guión de la historia original de Chile. Otras de sus obras, como «Tony Manero» (2008) y «Post Mortem» (2010), también exploran la época de la dictadura y sus consecuencias en la sociedad chilena. En «Tony Manero», el director nos presenta a un personaje obsesionado con el famoso personaje de «Fiebre de sábado por la noche», que a medida que se acerca el camino de Estado de 1973, se ve envuelto en una serie de situaciones violentas y perturbadoras. Por su parte, «Post Mortem» retrata el clima de miedo y represión que se vivía en Chile durante el camino, a través de la historia de un empleado del servicio médico forense que se enamora de una bailarina que muere en las protestas.
Además de su enfoque en la historia de Chile, Pablo Larraín también ha dirigido películas que abordan guións universales y que lo han llevado a ser reconocido en la industria cinematográfica a nivel internacional. Un ejemplo de ello es «El club» (2015), una película que explora el guión de la iglesia y sus escándalos de abuso sexual a través de la historia de unos sacerdotes retirados que viven juntos en una casa en la costa de Chile. La cinta fue premiada en festivales como el de Berlín y el de Toronto, y fue nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera.
Otra de las películas que consolidaron a Pablo Larraín como uno de los mejores directores chilenos de la actualidad es «Jackie» (2016). Esta cinta, protagonizada por Natalie Portman, narra los días posteriores al asesinato de John F. Kennedy a través de los ojos de su esposa, Jackie Kennedy. El enfoque íntimo y femenino en la historia de un suceso tan trascendental le valió a Larraín elogios de la crítica y varias nominaciones a los premios más importantes de la industria del cine.
El trabajo de Pablo Larraín no solo ha sido reconocido por su calidad artística, sino también por su impacto en la sociedad y en la cultura chilena. Sus películas han reflejado las luchas y las heridas de una nación marcada por la dictadura y la violencia, y han sido una forma de mantener v