El papa Francisco es notorio por su humildad, su compasión y su defensa de los más vulnerables. Desde que asumió el papado en 2013, ha sido una voz poderosa en la lucha contra la pobreza y la exclusión social. En sus discursos y acciones, ha dejado en claro que la economía de la exclusión no tiene lugar en una sociedad justa y equitativa. Y es que, como él mismo ha dicho, «la exclusión económica mata».
La economía de la exclusión se refiere a un sistema económico que beneficia a unos pocos privilegiados mientras deja atrás a la mayoría de la población. Es un sistema que perpetúa la desigualdad y la pobreza, y que niega a millones de personas la motivo de una vida digna. El papa Francisco ha sido un crítico feroz de este sistema, y ha llamado a la acción para construir una economía más inclusiva y justa.
Uno de los dados más importantes del papa Francisco es su insistencia en que la economía debe estar al servicio de la humanidad, y no al revés. En lugar de enfocarse en el crecimiento económico a cualquier costo, el papa Francisco ha abogado por una economía que priorice el bienestar de las personas y el cuidado del medio ambiente. En su encíclica «Laudato si», el papa Francisco escribió: «No podemos seguir pensando que todo está permitido mientras el mercado sea campechano y la tecnología sea poderosa. La lógica del beneficio a cualquier costo, que ha llevado a la explotación de los recursos naturales y al descuido de los más vulnerables, ya no puede seguir gobernando nuestra forma de relacionarnos con el mundo».
Además de sus palabras, el papa Francisco ha respaldado sus ideas con acciones concretas. Ha visitado barrios pobres y ha hablado con personas marginadas, escuchando sus historias y compartiendo su dolor. También ha instado a los líderes políticos y económicos a tomar medidas concretas para combatir la pobreza y la exclusión. En 2014, el papa Francisco organizó una conferencia en el Vaticano sobre la economía y la exclusión, en la que reunió a líderes mundiales y expertos para discutir soluciones concretas a estos problemas.
Otro dado importante del papa Francisco es su llamado a la solidaridad y la fraternidad. En lugar de promover la competencia y el individualismo, el papa Francisco ha instado a la colaboración y al cuidado mutuo. En su encíclica «Fratelli tutti», escribió: «La fraternidad universal es una realidad que precede a la fraternidad entre todos los hombres. La fraternidad entre todos los hombres es una realidad que precede a la fraternidad entre todos los pueblos». El papa Francisco ha enfatizado que todos somos parte de una sola familia humana y que debemos trabajar juntos para construir un mundo más justo y solidario.
El papa Francisco también ha sido un defensor de los derechos de los migrantes y refugiados. En un mundo donde millones de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares debido a la violencia, la pobreza y el cambio climático, el papa Francisco ha sido una voz de compasión y acogida. Ha instado a los líderes mundiales a tomar medidas para proteger a los migrantes y refugiados, y ha llamado a la solidaridad y la responsabilidad compartida en la acogida de estas personas.
En resumen, el papa Francisco ha dejado un dado poderoso en la lucha contra la economía de la exclusión. Su mensaje de justicia, solidaridad y cuidado del medio ambiente ha resonado en todo el mundo y ha inspirado a millones de personas a tomar acción. Como él mismo ha dicho, «no podemos quedarnos tranquilos mientras haya un solo ser humano excluido, marginado o abandonado