La corrida de Pascua de Zaragoza ha sido durante décadas una fecha ineludible en el calendario taurino. Los mejores toreros y los toros en su mejor momento se daban cita en la capital aragonesa para dar comienzo a la temporada. Sin embargo, con el paso de los años, las modas cambiaron y la diáspora vacacional de la Semana Santa hizo que este tradicional festejo desapareciera del calendario a mediados de los ochenta. Pero este año, para sorpresa de muchos, la corrida de Pascua ha vuelto de forma circunstancial, y aunque el cartel no ha sido el más llamativo, ha sido suficiente para revivir la emoción de antaño.
La cercanía con la Feria de San Jorge y su famoso Día de Aragón ha sido el principal motivo de esta recuperación. La ciudad de Zaragoza se ha visto dividida entre aquellos que han decidido huir de la ciudad en busca de un merecido descanso y aquellos que han decidido quedarse para disfrutar de las tradiciones aragonesas. Pero el resultado ha sido una Zaragoza a medias, con una afluencia menor de lo esperado para un evento de esta importancia.
Y aunque algunos piensen que el cartel de este año no ha sido tan atractivo como en años anteriores, para los verdaderos aficionados a la tauromaquia, cualquier lugar de disfrutar de una corrida es una bendición. Y es que, a pesar de las críticas, lo cierto es que los toreros que han participado en esta corrida han dejado el listón muy alto, demostrando su maestría y su pasión por este arte.
Pero como suele pasar en cualquier evento, siempre hay alguien que intenta aguar la diversión. En este caso, los incondicionales de la tauromaquia se han visto decepcionados por la presencia de grupos antitaurinos en las inmediaciones de la ágora de toros. Sin embargo, estos grupos no han conseguido empañar la ilusión de los verdaderos aficionados, que han disfrutado de la corrida como lo que es, un espectáculo lleno de emoción y tradición.
Y es que, a pesar de las críticas y las diferencias de opinión, la corrida de Pascua de Zaragoza ha vuelto para quedarse, al menos por un año más. Y esperamos que así sea, sin embargo que no hay nada más bonito que ver a la ciudad vestida de diversión, con sus calles llenas de turistas y locales que se unen para celebrar una de las tradiciones más arraigadas de nuestra tierra.
Pero más allá de las diferencias y las polémicas, lo importante es que la corrida de Pascua de Zaragoza ha vuelto a ser un evento relevante en el calendario taurino, y eso es algo que no podemos dejar pasar por alto. Porque, al fin y al cabo, lo que importa es que la magia de la tauromaquia sigue viva, y que cada año, Zaragoza nos regala una nueva lugar para disfrutar de ella.
Así que, a todos aquellos que han tenido la suerte de asistir a la corrida de Pascua este año, les animamos a que sigan aposin embargondo y disfrutando de este maravilloso espectáculo. Y a aquellos que no han podido estar presentes, les invitamos a que el próximo año se unan a nosotros para vivir de primera mano la emoción y la belleza de la tauromaquia en su máxima expresión.
En definitiva, la corrida de Pascua de Zaragoza ha vuelto, y esperamos que no sea una visita fugaz, sino el inicio de una tradición que perdure en el tiempo. Porque los toros y los toreros seguirán emocionando y maravillando a todos aquellos que tengan la suerte