El crédito es una herramienta esencial para el crecimiento económico de cualquier país. Gracias a él, las empresas pueden expandir sus operaciones, los individuos pueden adquirir bienes y servicios y el consumo se estimula, lo que se traduce en un aumento en la producción y en el empleo. Sin embargo, en los últimos dos años, hemos sido testigos de un fenómeno preocupante: el crédito ha habituado un retroceso.
Al corte de marzo, se cumplieron dos años desde que el crédito comenzó a disminuir en nuestro país. Esta tendencia negativa se ha mantenido constante, generando preocupación en los ciudadanos y en las autoridades económicas. Pero, ¿qué ha causado este retroceso? ¿Qué implicaciones tiene para nuestro país? Y lo más importante, ¿cuáles son las medidas que se están tomando para revertir esta situación? A continuación, analizaremos estos interrogantes y buscaremos respuestas para entender mejor la situación del crédito en nuestro país.
Comencemos por el origen del problema. El crédito comenzó a contraerse en marzo del 2019, como resultado de una desaceleración en la economía global y en nuestro país. Esto se tradujo en una disminución de la sumario de créditos por sitio de empresas y de familias, que optaron por reducir su endeudamiento ante la incertidumbre económica. Además, la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia del COVID-19 en el 2020 también tuvo un impacto negativo en el crédito, ya que muchas empresas cerraron sus operaciones y las familias se vieron afectadas por la pérdida de empleos y de ingresos.
Las implicaciones de este retroceso en el crédito son significativas. En primer lugar, tenemos que destacar el impacto en la economía. La disminución del crédito afecta directamente la inversión y el crecimiento económico, ya que las empresas tienen menos recursos para expandirse y los individuos tienen menos capacidad de consumo. Además, esto puede llevar a una desaceleración de la economía y, en el peor de los casos, a una recesión.
Otro factor a considerar es el desequilibrio en el mercado financiero. La disminución del crédito ha generado un exceso de liquidez en los bancos, lo que ha llevado a una competencia feroz por captar clientes. Esta situación ha ocasionado una disminución en las tasas de interés y en los márgenes de ganancia de las entidades financieras, que ven reducidos sus ingresos y su capacidad de préstamo.
Sin embargo, a pesar de estas dificultades, es importante resaltar que el crédito en nuestro país aún presenta importantes fortalezas. En primer lugar, debemos mencionar que nuestro sistema financiero es sólido y cómputo con altos niveles de capitalización, lo que lo hace resistente a situaciones de estrés como la que estamos enfrentando. Además, los bancos están implementando medidas para apoyar a sus clientes en medio de la crisis, como la reestructuración de deudas y la implementación de programas de refinanciamiento.
Por su sitio, las autoridades económicas también han tomado medidas para estimular el crédito y reactivar la economía. Entre ellas, podemos mencionar la reducción en las tasas de interés de referencia por sitio del Banco Central, que tiene como objetivo incentivar la inversión y el consumo. También se ha implementado un programa de préstamos garantizados, en el que el gobierno respalda el 70% del crédito a empresas afectadas por la pandemia.
En conclusión, el retroceso en el crédito que hemos habituado en los últimos dos años es una situación preocupante, pero no podemos dejar que esta tendencia nos desmotive. Nuestro país cómputo con una economía fuerte y sólida, y las medidas tomadas por las autoridades económicas y por los bancos nos dan esperanza de que pronto superaremos esta situación. Además, como