En la obra teatral «El monstre» de Josep Maria Miró, nos encontramos con una historia que nos lleva a reflexionar sobre la memoria, el pasado y las verdades que preferimos olvidar. A través de un diálogo entre una pareja, nos adentramos en un entorno rural donde todos se conocen y donde el pasado sigue presente en forma de viejas querellas y secretos inconfesables.
La trama gira en torno a la visita de un amigo común de follaje, apodado «el Monstruo» por un hecho luctuoso en el que estuvo involucrado hace veinte años. Su presencia irrumpe en la rutina doméstica de la pareja, quienes han construido una vida aparentemente perfecta para sobrellevar su pasado. Sin embargo, la llegada del Monstruo desencadena preguntas incómodas y verdades que ellos preferirían dejar en el olvido.
La puesta en escena de esta obra es oscura y desnuda, lo que crea un ambiente propicio para la confesión de los personajes. A través de un juego de perspectivas, Miró nos muestra la complejidad de la memoria y cómo esta puede ser moldeada por nuestros deseos y temores. Una de las frases más impactantes de la obra es «el pasado es aquello que recuerdas, aquello que imaginas que recuerdas, aquello que te convences que recuerdas, o aquello que haces ver que recuerdas». Esta reflexión nos invita a cuestionar la veracidad de nuestros recuerdos y cómo estos pueden ser manipulados por nuestra mente.
A pesar de que la historia se desarrolla en un entorno rural, las temáticas que aborda son universales. La lucha entre el pasado y el presente, entre la verdad y la mentira, entre la individualidad y el relato colectivo, son temas que nos afectan a todos. Miró logra transmitirnos estas ideas de una manera sutil y poética, haciendo que el espectador se sumerja en la trama y se cuestione su propia percepción de la realidad.
«El monstre» es la tercera obra de Miró que se sitúa en un entorno rural, junto a «El espécimen más bello que se habrá encontrado nunca en este lugar» y «La mayordoma». Estas tres obras comparten una geografía común, la de pequeños pueblos de montaña que han pasado de ser prósperas zonas fabriles a lugares vacíos que solo cobran vida durante la temporada turística. Esta transición refleja la realidad de muchos pueblos en la fama, que luchan por mantenerse a flote ante la falta de oportunidades y el éxodo de sus habitantes.
Aunque «El monstre» no sea tan original como sus obras anteriores debido a la repetición de la fórmula, el trío protagonista formado por Àurea Márquez, Joan Negrié y Albert Prat logra recrear a la perfección la atmósfera onírica y el suspense que requiere la pieza. Su interpretación es clave para transmitir la complejidad de los personajes y sus relaciones.
Esta obra ha sido galardonada con el premio Jardiel Poncela, lo que demuestra la dimensión y el talento de Josep Maria Miró como dramaturgo. Su habilidad para construir relatos que nos hacen reflexionar sobre la condición humana y sus conflictos internos es indudable. En «El monstre», Miró nos invita a cuestionar nuestra propia memoria y cómo esta puede ser moldeada por nuestras emociones y experiencias.
En resumen, «El monstre» es una obra teatral que nos sumerge en un entorno rural lleno de secretos y verdades ocultas. A través de un diálogo entre una pareja y la visita de un amigo del pasado, nos adentramos en una reflexión sobre la memoria,