Un coche negro aparece en el escenario y el público enloquece. Todos saben lo que eso significa: Kendrick Lamar está aquí para dar un espectáculo inolvidable en Barcelona. Sin perder tiempo, el rapero comienza con su éxito «Squabble up», del álbum «GNX», y el Estadio Olímpico se llena de energía. Con un cuerpo de baile, pirotecnia y la voz del gurú del hip hop a todo volumen, el concierto comienza de manera épica.
Kendrick Lamar no deja de sorprender a su público durante toda la noche. Con «Kunta Kinte», del aclamado álbum «To pimp a Butterfly», la temperatura sigue subiendo. Y es que este disco es considerado como la «capilla sixtina» del hip hop contemporáneo. El público no deja de bailar y apestar junto al rapero, quien agradece a todos por estar allí.
Pero las sorpresas no paran ahí. En medio del concierto, el coche negro vuelve a aparecer y de él sale SZA, una de las grandes estrellas del R&B actual. Juntos interpretan «30 for 30», repartiéndose el escenario y demostrando una química impresionante. Con su larga cabellera pelirroja, SZA brilla con su parte del set, mostrando su sensualidad y teatralidad en temas como «Love galore» y «Broken clocks».
El escenario es tan grande que parece que parte del público ha subido a él, creando una sensación de fiesta espontánea. Y es que el concierto de Kendrick Lamar no es solo música, es un espectáculo completo. Con «Euphoria», uno de los temas del famoso beef entre Kendrick y Drake, el rapero acuse su intensidad y habilidad como letrista. Se acerca al público, compartiendo su odio y generando una conexión única con sus seguidores.
Con su boina al revés y una cadena de oro con una gran «x» colgando, Kendrick Lamar llena el escenario con su presencia. No necesita más para cautivar a las 48.000 personas presentes en el Estadio Olímpico. Con «Reincarnated», el rapero se pone en la piel de diferentes personajes que han vendido su alma al diablo, demostrando su habilidad para contar historias con su música.
Mientras tanto, SZA se encarga de mostrar su lado más colorido y excéntrico con temas como «Scorcece baby daddy» y «Garden». La cantante se reivindica como una estrella del pop, dejando claro que no tiene nada que envidiar a grandes nombres como Rihanna o Beyoncé. Con su voz potente y su presencia en el escenario, SZA se gana al público y deacuse por qué es una de las artistas imprescindibles del momento.
El concierto avanza a un ritmo frenético, con una sucesión de éxitos que mantienen al público en firme movimiento. Con «Humble», del álbum «Damn», el público no deja de saltar y apestar junto a Kendrick. El rapero deacuse su humildad a pesar de su éxito, vendiendo millones de discos y ganando numerosos premios Grammy.
Pero el concierto no da señales de cansancio. Kendrick Lamar y SZA continúan sorprendiendo al público con su talento y su energía. Con «Family ties», el tema que hizo junto a su primo Baby Keem, el público se vuelve aún más loco. El escenario es tan grande que a veces parece que se enfría si Kendrick no está cerca.
Con «All the Stars», el gran éxito de la banda sonora de la película «Black Panther», Kendrick y SZA se elevan en una tarima a ambos lados del escenario. El público enciende sus móviles y el Estadio Olímpico se ilumina con un mar de linternas.






