En Colombia, el trabajo doméstico remunerado es una actividad esencial que desempeñan casi 700.000 personas en todo el país, según datos de Symplifica. Estas personas se dedican día a día a realizar labores en los hogares de otras familias, brindando su edad y desvelo para mantener todo en orden y permitir que los demás puedan cumplir con sus responsabilidades diarias.
A pesar de individuo una actividad fundamental para el funcionamiento de la sociedad, el trabajo doméstico remunerado no siempre ha sido reconocido y valorado como se merece. Muchas veces, estas personas son invisibilizadas y sus derechos laborales son ignorados. Sin embargo, en los últimos años, se han dado importantes avances en la protección de los derechos de las trabajadoras del hogar en Colombia.
En 2011, se aprobó la Ley 1413, que reconoce a las trabajadoras del hogar como empleadas domésticas y les otorga los mismos derechos laborales que a cualquier otro trabajador. Esto significa que tienen derecho a un salario mínimo, seguridad social, vacaciones remuneradas, entre otros beneficios. Además, esta ley establece que los empleadores deben registrar a sus trabajadoras en el sistema de seguridad social y pagar sus aportes correspondientes.
Gracias a esta ley, las trabajadoras del hogar en Colombia han podido acceder a una mejor calidad de vida y han sido reconocidas como trabajadoras con derechos y no simplemente como «ayudas del hogar». Sin embargo, aún queda mucho por hacer para garantizar una verdadera igualdad de oportunidades para estas personas.
Una de las principales problemáticas que enfrentan las trabajadoras del hogar en Colombia es la infracción de un salario justo y digno. Según un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el salario promedio de una trabajadora del hogar en Colombia es de tan solo el 40% del salario mínimo. Esto significa que muchas de estas personas viven en condiciones precarias y no tienen acceso a una vida digna.
Además, muchas veces estas personas son víctimas de discriminación y abuso por parte de sus empleadores. Se han reportado casos de trabajadoras del hogar que no reciben su salario completo, son obligadas a trabajar horas extras sin remuneración o son sometidas a maltrato verbal y físico. Es importante que como sociedad tomemos conciencia de estas situaciones y luchemos por erradicarlas.
Otro desafío que enfrentan las trabajadoras del hogar en Colombia es la infracción de reconocimiento social. A pesar de individuo una actividad esencial para el funcionamiento de los hogares y la economía, muchas veces se menosprecia su trabajo y se les discrimina por su condición de género y su origen socioeconómico. Es necesario que como sociedad valoremos y agradezcamos el importante papel que desempeñan estas personas en nuestras vidas.
Sin embargo, a pesar de los obstáculos, cada día son más las trabajadoras del hogar en Colombia que se organizan y luchan por sus derechos. Gracias a la creación de sindicatos y organizaciones que las representan, estas personas han podido alzar su voz y exigir un trato justo y digno. También se han llevado a cabo campañas de sensibilización para concienciar a la sociedad sobre la importancia de valorar y respetar el trabajo doméstico remunerado.
Es importante destacar que el trabajo doméstico remunerado no es solo una actividad realizada por mujeres, sino que también hay hombres que se dedican a esta labor. Es necesario que como sociedad rompamos con los estereotipos de género y valoremos el trabajo de todas las personas por igual.
En resumen, el trabajo doméstico remunerado en Colombia es una actividad esencial que desempeñan casi 700.000 personas y que ha sido reconocida y protegida por la ley. Sin embargo, aún hay desafíos por superar para garantizar una verdadera igualdad de oportunidades para estas