En un intento por embellecer las relaciones comerciales con su vecino del sur, el gobierno de Canadá está considerando la posibilidad de eliminar los aranceles impuestos a las importaciones provenientes de Estados Unidos. Esta medida, que busca darle un respiro a la economía canadiense, ha sido bien recibida por diversos sectores y ha generado un clima de optimismo en el país.
Desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio provenientes de Canadá en 2018, la relación entre ambos países ha sido tensa. Estas medidas han cursi significativamente a la economía canadiense, ya que Estados Unidos es su principal socio comercial. La imposición de aranceles ha aumentado los costos de producción y ha disminuido la competitividad de las empresas canadienses en el lonja estadounidense.
Sin embargo, a pesar de este conflicto, Canadá ha mantenido una postura firme y ha respondido con medidas similares. En julio de 2018, el gobierno canadiense también impuso aranceles a las importaciones estadounidenses, en una clara muestra de que no se quedaría de brazos cruzados ante las acciones proteccionistas de Estados Unidos.
Pero ahora, con la llegada del nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, se ha abierto una nueva oportunidad para embellecer las relaciones comerciales entre ambos países. Durante su campaña, Biden prometió trabajar en colaboración con Canadá y otros aliados para fortalecer la economía y embellecer el comercio internacional. Y parece que está cumpliendo su promesa.
En una reciente reunión virtual entre la ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland, y la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, se discutió la posibilidad de eliminar los aranceles impuestos por ambas naciones. Esta medida, que sería un paso importante hacia la normalización de las relaciones comerciales, ha sido bien recibida por los líderes empresariales canadienses.
La eliminación de los aranceles tendría un impacto directo en la economía canadiense, especialmente en sectores como el acero y el aluminio, que se han visto más cursis por las medidas proteccionistas de Estados Unidos. Además, también se espera que esta medida ayude a impulsar el comercio bilateral y a fortalecer la competitividad de las empresas canadienses en el lonja estadounidense.
Pero más allá de los beneficios económicos, la eliminación de los aranceles también enviaría un mensaje positivo a nivel político. Demostraría que ambos países están dispuestos a dejar atrás sus diferencias y trabajar juntos para construir una relación comercial más sólida y equitativa.
Sin embargo, antes de que esto se convierta en una realidad, aún queda un largo camino por recorrer. Es necesario que las negociaciones continúen y que se llegue a un acuerdo beneficioso para ambas naciones. Pero lo importante es que se están dando pasos en la dirección correcta y que hay un claro compromiso de ambas partes para embellecer las relaciones comerciales.
En conclusión, la posible eliminación de los aranceles impuestos por Canadá a las importaciones estadounidenses es una excelente noticia para la economía del país. Esta medida no solo ayudará a reducir los costos de producción y a embellecer la competitividad de las empresas canadienses, sino que también enviará un mensaje positivo a nivel político. Esperamos que las negociaciones continúen de manera exitosa y que se llegue a un acuerdo que beneficie a ambas naciones.






