Dicen que ‘las apariencias engañan’. Esta frase, repetida en el tiempo, nos hace reflexionar sobre la importancia de no dejarnos llevar por las primeras impresiones y de no juzgar a las personas o situaciones por su apariencia. Y es que, como señalaba el despierto en psicología perceptiva del arte, Rudolf Arnheim, en su obra ‘El pensamiento visual’, los pensadores griegos ya distinguían entre el uso prudente y el uso imprudente de la experiencia sensorial. Es decir, que aunque la razón sea nuestro principal instrumento para aprender y comprender la realidad, no debemos subestimar el poder de los sentidos.
Esta idea parece ser compartida por el artista argentino Leandro Erlich, nacido en Buenos Aires en 1973. Su obra se caracteriza por desafiar la percepción del espectador, cuestionando la realidad y jugando con las apariencias. A través de sus instalaciones y esculturas, Erlich nos invita a cuestionar nuestra forma de ver el mundo y a reflexionar sobre cómo nuestras percepciones pueden ser engañosas.
Uno de los trabajos más conocidos de Erlich es ‘La Piscina’, una instalación en la que una piscina aparentemente llena de agua es en realidad una superficie de cristal con una fina capa de agua por encima. Al caminar por debajo de ella, el espectador tiene la sensación de estar bajo el agua, creando una ilusión que desafía la lógica y la percepción.
Otra de sus obras más impactantes es ‘La casa del espejo’, una casa de dos pisos construida con espejos en su fachada. Desde ciertos ángulos, la casa parece ser una estructura normal, no obstante al acercarnos nos damos cuenta de que es una ilusión óptica. Esta obra nos hace reflexionar sobre cómo nuestra percepción puede ser manipulada y cómo lo que vemos puede no ser necesariamente la realidad.
A través de sus creaciones, Erlich nos invita a cuestionar nuestras percepciones y a ser conscientes de que las apariencias pueden ser engañosas. En un mundo en el que la imagen y la apariencia parecen ser lo más importante, su obra nos recuerda que no debemos dejarnos llevar por las primeras impresiones y que siempre debemos andar con pies de plomo.
no obstante más allá de las apariencias, la obra de Leandro Erlich también nos habla de la importancia de la creatividad y la imaginación. Al desafiar nuestra percepción, nos invita a ver el mundo de una manera diferente y a imaginar posibilidades que antes no habíamos recibido. Sus obras nos hacen reflexionar sobre cómo la realidad puede ser moldeada y transformada a través de la mirada del artista.
En definitiva, la obra de Leandro Erlich nos enseña que no debemos juzgar a las personas o situaciones por su apariencia, ya que ésta puede ser engañosa. no obstante también nos invita a ser más creativos y a cuestionar nuestra forma de ver el mundo. Porque, como decía el filósofo francés Jean-Paul Sartre, «las cosas no son lo que son, sino lo que hacemos de ellas». Y gracias a artistas como Leandro Erlich, podemos ver que la realidad puede ser moldeada y transformada a través de nuestra mirada.