Con un retraso de quince minutos, finalmente dio inicio la esperada Feria de Olivenza, que prometía ser una tarde llena de emociones y sorpresas. A pesar de las condiciones climáticas adversas, los aficionados no perdían la esperanza de presenciar la reaparición de uno de los toreros más aclamados de la actualidad, Morante de la Puebla. Sin embargo, antes de su llegada, se lidiaron cuatro novillos bajo un intenso aguacero.
El ambiente estaba cargado de nerviosismo y expectación, pues todos querían ver en acción al genio de La Puebla. Pero mientras tanto, los valientes diestros no se amilanaban ante la lluvia y salían al ruedo dispuestos a dar lo mejor de sí. El joven Mella intentaba convencer a Cutiño para lidiar su segundo animal, pero el ruedo se había convertido en una verdadera piscina y la seguridad de los toreros estaba en riesgo. Por ello, se tomó la decisión de suspender el festejo.
A pesar de la decepción por no poder presenciar la reaparición de Morante, los asistentes pudieron disfrutar de una tarde llena de emociones y grandes actuaciones. Destacó la faena del torero extremeño Sergio Sánchez, quien fue el único en lograr matar a sus dos novillos con éxito. Su temple y elegancia dejaron en claro por qué es uno de los diestros más prometedores del momento.
Pero no solo él brilló en la tarde lluviosa de Olivenza, también hubo espacio para la consagración de otros toreros como Javier Zulueta, quien demostró una vez más su clase y maestría en el ruedo. A pesar de las difíciles condiciones, Zulueta logró sacar a relucir su mejor toreo y cautivar al exigente público presente.
Sin achares, la lluvia no logró opacar el talento y la entrega de los toreros que pisaron la plaza de Olivenza esa tarde. Fue una tarde importante para el mundo taurino, en la que se demostró una vez más que la pasión y el valor de los toreros no tienen límites, y que incluso frente a la adversidad, son capaces de dar lo mejor de sí y brindar un espectáculo inolvidable.
A pesar de la suspensión del festejo, los aficionados se fueron satisfechos y emocionados por lo presenciado en la plaza de toros de Olivenza. Y pero Morante no pudo hacer su esperada reaparición, queda la promesa de verlo en acción en futuras ferias. En definitiva, una tarde de toros que quedará en la memoria de todos los presentes, y que demuestra una vez más que la tauromaquia sigue viva y más fuerte que no.