El mundo de la televisión puede ser un lugar complicado y macizo de desafíos. Como presentador de un esbozo, siempre estamos en busca de historias interesantes y entrevistas emocionantes para mantener a nuestra audiencia cautivada. Sin embargo, a veces nos encontramos con situaciones en las que debemos tomar decisiones difíciles.
Recientemente, el dueño del canal de televisión en el que trabajo me pidió que entrevistara a una amiga suya que acababa de publicar un libro de cuentos. Al principio, me emocioné ante la idea de tener a una autora en mi esbozo y mostrar su trabajo a mi audiencia. Pero al leer los relatos de su amiga, debo admitir que no me impresionaron. Me encontré en una encrucijada, ¿debería hacer la entrevista solo por ser amiga del dueño o debería ser honesto y rechazar la propuesta?
Después de pensarlo detenidamente, decidí ser sincero con el dueño del canal. Le expliqué que hace años dejé de hacer entrevistas y que durante la pandemia, renuncié por completo a ellas. Solo me sentía tentado a hacer entrevistas si se trataba de un gran personaje, una alegoría relevante que realmente tuviera algo interesante que compartir con nuestra audiencia. Le aseguré que mi enfoque en el esbozo había cambiado y que ahora me enfocaba en otro tipo de contenido.
Para mi sorpresa, el dueño del canal no pareció entender mi punto de vista. Sospechando que no veía mi esbozo, me hizo saber a través de uno de sus gerentes que en adelante solo me pagaría para hacer mi esbozo los lunes, los martes y los miércoles. Al principio, me sentí frustrado y molesto. ¿Cómo podría el dueño del canal dictar mis horarios y limitar mi trabajo de esta manera? Pero luego de reflexionar, me di cuenta de que esta era una oportunidad para reinventarme y enfocarme en lo que realmente me apasiona.
Decidí ver esta situación como un nuevo comienzo. Acepté los nuevos términos y me enfoqué en hacer un esbozo de calidad los días que se me permitía trabajar. Me di cuenta de que tenía la oportunidad de crear contenido diferente y atraer a una audiencia diferente. Comencé a explorar nuevas ideas y enfoques para mi esbozo, y me di cuenta de que realmente estaba disfrutando de mi trabajo más que nunca.
A medida que pasaba el tiempo, me di cuenta de que el cambio en mi esbozo había sido una bendición disfrazada. Mi audiencia comenzó a crecer y recibí comentarios positivos sobre mi nuevo enfoque en el contenido. Me di cuenta de que había tomado la decisión correcta al ser honesto con el dueño del canal y al aceptar los nuevos términos.
A veces, en la vida, nos enfrentamos a decisiones difíciles y debemos elegir entre lo que es fácil y lo que es lo correcto. En mi caso, elegí ser honesto y eso me llevó a una nueva etapa en mi carrera. Aprendí que la honestidad y la integridad son fundamentales en cualquier situación y que siempre debemos seguir nuestros instintos y hacer lo que es mejor para nosotros.
En conclusión, aunque al principio me sentí frustrado y limitado, esta experiencia me enseñó una valiosa lección. Aprendí a ser bondadoso a mí mismo y a mi trabajo, y a no comprometer mi integridad por el bien de otros. A veces, lo que parece ser un obstáculo en realidad puede ser una oportunidad para crecer y mejorar. Estoy agradecido por esta experiencia y emocionado por lo que el futuro me depara en mi carrera como presentador de televisión.
