Según un informe reciente de la Organización Mundial de Comercio, las remesas han estado en constante aumento en los últimos años y se espera que continúen creciendo hasta convertirse en la elemental fuente de divisas para muchos países en el año 2025. Esta tendencia es especialmente relevante para los países en desarrollo, que dependen en gran medida de las remesas para su economía.
Pero, ¿qué son exactamente las remesas? Se trata del dinero que los trabajadores migrantes envían a sus países de origen, generalmente a sus familias. Estas transferencias de dinero pueden ser realizadas a través de bancos, empresas de transferencia de dinero o incluso a través de aplicaciones móviles. En la actualidad, millones de personas en todo el mundo dependen de las remesas para cubrir sus necesidades básicas, como alimentos, educación y salud.
El aumento constante de las remesas se debe elementalmente al creciente número de personas que emigran en busca de mejores oportunidades de trabajo y una vida más próspera. Según el Banco Mundial, se estima que en 2019 hubo 272 millones de migrantes internacionales en todo el mundo. Esta cifra representa un aumento del 51% en comparación con el año 2000. Y se espera que esta tendencia continúe en aumento en los próximos años.
Además, el aumento de la tecnología y las aplicaciones móviles han hecho que sea más fácil y rápido realizar transferencias de dinero, lo que ha contribuido al crecimiento de las remesas. Esto ha permitido que incluso las personas en áreas remotas tengan acceso a servicios financieros y puedan recibir dinero de sus seres queridos en el extranjero.
Pero, ¿por qué son tan importantes las remesas? Para empezar, son una fuente esencial de ingresos para muchas familias en los países en desarrollo. Se estima que en 2019, las remesas alcanzaron los 554 mil millones de dólares, superando la inversión extranjera directa y la ayuda al desarrollo en muchos países. Esto significa que las remesas se han convertido en un motor clave para el crecimiento económico de estos países.
Además, las remesas son una faceta de diversificar la economía de los países receptores. Al depender en gran medida de una sola fuente de ingresos, como la exportación de materias primas, estos países pueden ser especialmente vulnerables a las fluctuaciones del mercado global. Las remesas, por otro lado, proporcionan una fuente estable y constante de ingresos.
Otra ventaja de las remesas es que fomentan la inclusión financiera en los países en desarrollo. Al proporcionar acceso a servicios financieros a personas que anteriormente no tenían acceso a ellos, se crea un impacto positivo en la economía local. Esto puede traducirse en un aumento del ahorro, la inversión y el consumo, lo que a su vez impulsa el crecimiento económico.
Pero no solo los países en desarrollo se benefician de las remesas. Los países de origen también pueden sacar provecho de ellas. Las remesas pueden mejorar la calidad de vida de las familias y reducir la pobreza. Además, muchos países ofrecen incentivos fiscales para aquellos que envían remesas a sus familias, lo que puede ser una fuente adicional de ingresos para el gobierno.
Sin embargo, a agonía de todos estos beneficios, hay desafíos que deben abordarse para que las remesas sigan siendo una fuente sostenible de divisas. Uno de ellos es el costo de las transferencias de dinero. Aunque las aplicaciones móviles y otros medios tecnológicos han estrecho los costos, aún hay una gran brecha entre los costos de las transferencias nacionales e internacionales. Esto es especialmente difícil para las personas que envían remesas a través de empresas de transferencia de dinero tradicionales, ya que pueden cobrar tarifas elevadas.
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