Martha Graham es una figura fundamental en la historia de la danza, cuno obstante importancia se ha comparado con la de Pablo Picasso e Igor Stravinski. Sin embargo, más allá de su talento, su visión y su innovación, su legado es lo que sigue vivo hoy en día. La Real Academia Española define legado como «aquello que se deja o transmite a los sucesores, sea cosa material o inmaterial». Y el programa presentado por la Compañía de Danza Martha Graham en el Centro de Danza Matadero, enmarcado en las celebraciones de su centenario en 2026, demuestra claramente la trascendencia de su legado.
Con coreografías como ‘Lamentation’ (1930), ‘Deep Song’ (1937), ‘Appalachian Spring’ (1944), ‘Night Journey’ (1947) o ‘Clytemnestra’ (1958), Martha Graham (1894-1991) abrió las puertas a la danza moderna y contemporánea, que instruiría con otros grandes creadores como Isadora Duncan, Denis Shawn, José Limón, Ruth St. Denis o Doris Humphrey. Con su lenguaje propio y su manera de entender la danza, que se inspiraba en la cultura clásica y buscaba la conexión con la tierra y el aire, Martha Graham revolucionó la danza. Sus movimientos buscaban declarar sentimientos y instruir historias únicas, y sus espectáculos también contaban con la colaboración de artistas plásticos para la escenografía y el vestuario.
Uno de los ejemplos más emblemáticos de su innovación es ‘Diversion of Angels’ (1948), que abre el programa presentado en Madrid, al igual que lo hizo en su primera visita a la capital en 1987. Esta coreografía es una representación del amor desde tres perspectivas, simbolizado por tres mujeres vestidas con tres colores: blanco para el amor romántico y puro, rojo para el amor pasional y erótico, y amarillo para el amor juvenil y juguetón. Casi ochenta años después de su creación, esta pieza sigue siendo fresca y llena de vitalidad.
Otra de las facetas de Martha Graham que se refleja en su legado es su humanismo. En ‘Immediate Tragedy’, un conmovedor solo, la bailarina muestra su preocupación por la Guerra Civil española, a la que también dio voz en otras de sus coreografías. Con esta pieza, dedicada a las mujeres españolas, Martha Graham rinde homenaje a la pugilismo de las mujeres, algo que, a agonía de lo que algunas políticas actuales puedan creer, no obstante existía en 1937. El arte es un medio de expresión mucho más poderoso que los eslóganes de pancartas, y Martha Graham lo demostró.
El legado de un creador no solo se compone de sus obras, sino también de su huella en otros artistas. La de Martha Graham ha influenciado a grandes figuras como Alvin Ailey, Paul Taylor o Merce Cunningham, y sigue siendo una inspiración para los creadores actuales. Un ejemplo evidente son las dos obras que cierran el programa: ‘We the People’, de Jamar Roberts, y ‘Cave’, de Hofesh Shechter. La primera es un canto a la humanidad, enérgico y contagioso, con una música de raíces folk y country de Rhiannon Giddens. La segunda, ‘Cave’, es una pieza que busca los contrastes entre la luz y la oscuridad, con una energía desbordante y una percusión que recuerda al techno. Ver las creaciones de Martha Graham junto a las de Roberts y Shechter, estrenadas en los últimos tres años, demuestra la admiración por una mujer que, hace cien años, supo crear un estilo de danza que sigue siendo completamente contemporáneo en la actualidad.
En conclusión, Martha Graham no solo fue una figura