El pasado sábado se celebró una emocionante corrida en la Plaza de Toros de Las Palomas, en la que el diestro Emilio de Justo abrió plaza sustituyendo al lesionado Talavante. Acompañado por Borja Jiménez y David de Miranda, el público disfrutó de una tarde llena de emoción y arte taurino.
El primero en saltar al ruedo fue Viñero, un toro de preciosa lámina y gran presencia. Emilio de Justo recibió al animal con una serie de lances suaves y cadenciosos, demostrando su maestría en el manejo del capote. A pesar de la justa fuerza que presentaba el toro en el puyazo, Emilio logró cuajar una faena magistral, destacando especialmente por su excelente y templado toreo con la mano derecha. La transmisión y suavidad de la faena conquistaron al público, que premió al diestro con una merecida oreja.
Borja Jiménez, debutante en Las Palomas, demostró desde el primer momento su valía y técnica en el toreo. Su recibo al toro Rescoldito fue impresionante, con una serie de verónicas intensas y vibrantes que dejaron al público boquiabierto. A pesar de no castigar al toro en varas, Borja logró una faena llena de clase y recorrido por el pitón siniestro, demostrando su gran conexión con el animal. A pesar de no haber conseguido una oreja, el público ovacionó al diestro por su entrega y calidad en el ruedo.
La actuación de David de Miranda, sustituto de Marco Pérez, fue una muestra de valor y entrega. A pesar de no destacar en el recibo, su quite capote a la espalda fue impresionante y mantuvo a la plaza en vilo. Desafortunadamente, recibió una espeluznante voltereta al resultar encunado entre los pitones del toro, pero logró salir sin consecuencias. A pesar de estos contratiempos, David demostró su determinación y coraje en la faena, culminando con una estocada entera que le valió una merecida oreja.
El cuarto toro de la tarde fue un repetidor y pronto en la muleta de Emilio de Justo. A pesar de no despegarse de los vuelos de la muleta, Emilio logró una faena impresionante al natural por el lado derecho, donde se le vio muy a gusto y con gran corte de torero clásico. La labor fue una mezcla perfecta de arte y técnica, culminando con una estocada entera que le valió las dos orejas y una merecida vuelta al ruedo.
El quinto toro de la tarde, Apreciado, fue un gran desafío para Borja Jiménez. Sin bloqueo, el diestro no se amilanó y brindó una superior faena al maestro Francisco Ruiz Miguel. La embestida humillada, con transmisión y clase del toro, se fusionó perfectamente con el toreo de manos bajas, largo, hondo, templado y cargado de gusto de Borja. El público se emocionó con su actuación, especialmente por las series en ambos pitones, enroscándose con maestría en la cintura del toro. A pesar de una estocada algo caída, el público enloqueció y pidió la segunda oreja para Borja. Aunque el presidente solo concedió una, el diestro dio dos vueltas al ruedo y recibió una gran ovación por su gran faena.
El sexto toro, Mirlito, fue devuelto por su aparente postración, y en su lugar salió Cartonero, un toro con gran presencia y 580 kilos. David de Miranda recibió al