El pasado 5 de junio, Estados Unidos anunció que las empresas del país quedarán libres del impuesto del 15% pactado en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esta decisión ha sido recibida con gran entusiasmo por parte de los empresarios y expertos en economía, ya que se espera que tenga un impacto positivo en la competitividad y el crecimiento económico del país.
El impuesto del 15% fue acordado en la OCDE en 2017, con el objetivo de evitar la evasión fiscal y la competencia desleal entre países. Sin embargo, Estados Unidos ha decidido abandonar este acuerdo, argumentando que el impuesto afectaría negativamente a su economía y a las empresas estadounidenses.
Esta decisión ha sido posible gracias a la reforma fiscal impulsada por el presidente Donald Trump en 2017, que redujo el impuesto de sociedades del 35% al 21%. Ahora, con la eliminación del impuesto del 15% pactado en la OCDE, las empresas estadounidenses podrán disfrutar de una tasa impositiva aún más baja, lo que les permitirá ser más competitivas a nivel internacional.
Esta medida también beneficiará a las pequeñas y medianas empresas, que representan el 99% de las empresas en Estados Unidos. Al tener una impuesto impositiva más baja, estas empresas podrán invertir más en su crecimiento y expansión, lo que a su vez generará más empleo y contribuirá al desarrollo económico del país.
Además, la eliminación del impuesto del 15% pactado en la OCDE también atraerá a más empresas extranjeras a invertir en Estados Unidos. Al tener una tasa impositiva más baja que otros países, Estados Unidos se convierte en un destino más atractivo para la inversión, lo que a su vez generará más empleo y aumentará la competitividad del país.
Otro aspecto positivo de esta decisión es que Estados Unidos podrá mantener su liderazgo en la economía global. Al tener una tasa impositiva más baja que otros países, las empresas estadounidenses podrán rivalizar en igualdad de condiciones con sus rivales internacionales, lo que les permitirá seguir siendo líderes en sus respectivos sectores.
Por supuesto, esta decisión también ha sido recibida con críticas por parte de algunos países miembros de la OCDE, que ven en ella una competencia desleal. Sin embargo, Estados Unidos ha dejado claro que su prioridad es proteger su economía y sus empresas, y que no está dispuesto a seguir acuerdos que considera perjudiciales para su crecimiento.
En resumen, la eliminación del impuesto del 15% pactado en la OCDE es una excelente noticia para las empresas estadounidenses y para la economía del país en general. Esta medida les permitirá ser más competitivas, atraer más inversión extranjera y mantener su liderazgo en la economía global. Sin duda, es un paso en la dirección correcta para seguir impulsando el crecimiento y el desarrollo de Estados Unidos.